martes, 11 de febrero de 2014

Escuela de entrenadores: El placaje

Iniciamos una nueva serie de artículos compuesta sólo por éste para que nuestras habilidades como entrenadores no se oxiden, para compartir experiencias y aprender algún que otro "truquillo". Sois todos bienvenidos a participar con vuestras aportaciones.

Comenzamos con un estudio sobre las probabilidades de éxito (o no) de hacer un placaje o de acabar derribado por uno. Para ello contamos con la veteranía y experiencia de Rufus Van DeCopas, profesional que lleva más de cincuenta años de silencioso trabajo sobre los terrenos de juego. Sus servicios han sido contratados por infinidad de equipos y se trata, sin lugar a dudas, del utillero humano más longevo conocido. Sin más dilación pasamos a atender sus explicaciones...


El placaje está tan intrínsecamente ligado a este deporte como la pelota, las equipaciones o tirar objetos contundentes al campo. Raro es el partido que finaliza con menos de cincuenta, y no es extraño llegar a los cien (especialmente entre los equipos que desarrollan un juego más físico). Es esencial para abrirse paso en la ofensiva o para frenar al rival en defensa, y en su desarrollo juega un papel fundamental el Destino (y Nuffle, Dios Patrón de este deporte).

No obstante, cabe la posibilidad de intentar poner a la Fortuna un poquito de nuestra parte con un poco de sentido común y conociendo las probabilidades a las que nos enfrentamos. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que un goblin, la inmensa mayoría de las veces, fracasará en su placaje a un ogro.

Me he molestado en escribiros en la pizarra unas tablas en las que, de un vistazo, se puede apreciar la facilidad (o dificultad) de derribar a un adversario al hacer un placaje. La primera tabla representa las situaciones favorables (vamos, que tiramos dos dados y elegimos), aquellas en las que la fuerza del jugador que placa es superior a la del rival o en la que está asistido por un compañero (o "amigo", como diría la entrenadora enana Nalja Dellode). La segunda refleja aquellos choques parejos, en los que las fuerzas están más igualadas. Lo que se conoce en la Liga como "hacer un Colossus" dado que el entrenador de los Phoenix Legends anima a su escuadra a practicarlo de forma habitual.

Como se puede comprobar, la habilidad del jugador, del contrario, y los apoyos ofensivos incrementan las posibilidades de derribar al contrincante. Tampoco hacían falta muchos números para saber esto, pero ya que me pagan un buen dinero por dar estas clases pensé que estaría bien dar datos objetivos.

Pasemos a ver otra tabla más.¿Qué ocurre cuando a los buenos placadores les pasan cosas malas?


Pues siguiendo con el ejemplo que ponía al iniciar la exposición, las estadísticas demuestran que un goblin se caerá de morros dos de cada tres veces que intente placar a un ogro. Es una lástima que los goblins no sepan nada de estadística, podrían ahorrarse muchos quebraderos de cabeza (literalmente).

Pero recordemos que no sólo afecta al jugador implicado, sino a todo el equipo. Tengamos en cuenta que un placaje fallido es un problema para el grupo, ya que se interrumpe la jugada (cambio de turno) y el contrario puede pillarnos con el pie cambiado y los calzones bajados. Si este argumento no tiene peso para vuestros jugadores, recordadles que esto tiene consecuencias negativas para ellos mismos en primer lugar... y es que su armadura no siempre les hace salir bien parados de un placaje fallido.

En este sentido es importante señalar el papel que la armadura juega en todo esto. Aunque no parezca que haya grandes diferencias entre la armadura de los humanos que juegan en los Hijos de Caín (armadura 7, o AV7 para los entendidos) y la de los líneas de los Blood Brothers (AV8), podrá sorprender a muchos que la posibilidad de que se rompa es un cincuenta por ciento mayor en el caso de los primeros (AV7 se rompe  un 50% más fácil que AV8). Incluso aunque un siervo de los Vampiros aprenda a placar y esquivar seguirá teniendo más posibilidades de resultar herido que un línea de los Humanos en su primer partido.

Por último, tened en cuenta las siguientes máximas:

- Cada placaje cuenta: Más placajes implica más posibilidades de que las cosas salgan mal

- Mejor acompañado que sólo: Los apoyos incrementan las posibilidades de acometer un placaje o de defenderse del mismo. Cuidado a las malas compañías, que serían los apoyos del contrario.

- Habilidades, mejor cuando se usan: Puede parecer obvio, pero nunca está de más recordar que las habilidades incrementan las posibilidades de éxito. Por ejemplo, Golpe Mortífero; el uso del médico cuando un jugador cae herido también recala en esta categoría.

- Hay que dar al público lo que pide: El público disfruta viendo cómo un jugador recibe una buena paliza, ¡pero disfruta aún más cuando son ellos quienes la propinan! Si sacas a un jugador del terreno de juego los espectadores le patearán con ganas hasta que la Seguridad del estadio vaya en su auxilio (jugador fuera, tirada por armadura...). Aunque salga ileso, el jugador no podrá volver hasta la siguiente entrada.

¡Que todos vuestros placajes sean exitosos y que el campo se tiña de sangre! Hasta la próxima clase (si me la pagan, claro)

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