El Comisario, en su infinita sapiencia, ha tenido a bien introducir un cambio de reglas en plena competición y que ya se ha aplicado en la segunda jornada por parte de todos los contendientes. A partir de ahora los entrenadores disfrutarán de tres tiempos muertos en cada parte para dar instrucciones a sus jugadores (o para maldecir a sus antepasadas, a voluntad de cada cual). Se espera de este modo que los espectadores disfruten de un mayor espectáculo... ¡y de matanzas mejor planificadas!
A efectos de juego, esto implica que los turnos se fijan en cinco minutos para cada uno y que además se dispondrá de tres turnos adicionales de tres minutos, no acumulables. Es decir, una vez que haya transcurrido el turno de cinco minutos el entrenador puede decidir gastar uno de sus tres turnos adicionales por parte (por lo que podrá haber un máximo de tres turnos de ocho minutos por parte y jugador).
Con esta medida se espera conseguir algo de tiempo adicional en aquellas jugadas especialmente complicadas, intentando que las partidas no se alarguen en demasía. No obstante, toda crítica a esta medida será convenientemente censurada ignorada escuchada.
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